Creencias limitantes y sueños.

Tengo la cabeza como el día, nublada y lluviosa. Cientos de pensamientos distintos circulan a toda velocidad cual campeonato de Fórmula 1 y no consigo cazar ni uno solo. Me agobian. Sé que lo que voy a decir es un intento de «culpabilizar» a otros para quitarme peso de encima y eso está muy mal (fatal) pero creo que hay frases que habría que eliminar. Con el paso de los años me he dado cuenta de que hacen más mal que bien.

Sobretodo si nos las creemos. Son el origen de muchos miedos.

– No corras, no te vayas a caer.

– Para qué lo vas a cambiar si así ya está bien.

– Sal a la calle, todo el día haciendo «esas cosas» con el ordenador no te van a dar de comer.

– Con lo que te ha costado, ¿para que vas a hacer ahora otra cosa? Eso es algo seguro, fijo, ¿para qué irse a la incertidumbre?

– ¿Tu vas a hacer eso? eso no es para ti, esa gente sabe mucho. 

– Ella debería limpiar su casa, dedicarse a las tareas del hogar y mírala… ¿qué hace? ¿para qué lo hace?

Una amiga me dijo hace un par de días, que somos las creencias que nos han impuesto, nuestros padres y el entorno, y que la tarea más difícil es aprender a modificar esas creencias por otras igual de válidas pero más provechosas.

Cuánta razón tiene. ¡Qué difícil es!

¡Qué limitados estamos gracias a ellas.!

Hace mucho tiempo aprendí que hay cosas que es mejor no explicar.

Sobretodo los sueños.

Porque muchas personas, por envidia o por sobreprotección, intentarán que desistas de ir tras ellos (con alguna de las frases anteriores). Si les escuchas, te los creerás y terminarás en el gran saco de los que se quedaron cual muertos vivientes deambulando por el asfalto lamentándose en aquello que jamás pudieron ser… porque jamás lo intentaron.

Soy consciente de que intentar no significa lograr pero… ¿no es mejor caer con honor por haber luchado que fracasar por haber huido?

RETO Día 28: Experimentando con autorretratos y estados de ánimo.

Experimentando con autorretratos y estado de ánimo.

El de hoy es más una reflexión que no una historia a inventar. Es sobre la auto aceptación y la percepción que se tiene de uno mismo.

Se me ocurrió hacerme un autorretrato en un mal día. Uno de esos grises y tristes en los que crees que toda tu vida está al revés y vas a tener que destruirla y, de paso, destruirte a ti mismo porque tu eres el culpable de todo.

Luego se me ocurrió hacerme otro autorretrato un buen día. Uno de esos relajados, alegres, optimistas en los que uno tiene la esperanza y la convicción de que puede conseguir lo que sea.

Y aquí está el resultado. El tiempo de ejecución es prácticamente el mismo. Para que el experimento tuviera cierta base equitativa. Creo que no es necesario especificar que día va con cada uno.

Autorretratos

¿Qué opináis?

A ver si…

No sé si te has parado a pensar en lo que la expresión significa.

«A ver si» es si tienes tiempo, si te apetece, si está más arriba o abajo en tu lista de prioridades.

Es no darle importancia, es dejar algo a la cola de cosas pendientes. Es para cuando no tienes nada que hacer. El saco de los «debería» infinitos.

No sé si te has parado a pensar en lo que la expresión significa.

«A ver si» es si tienes tiempo, si te apetece, si está más arriba o abajo en tu lista de prioridades.

Es no darle importancia, es dejar algo a la cola de cosas pendientes. Es para cuando no tienes nada que hacer. El saco de los «debería» infinitos.

Es un «a ver si me acuerdo de regar el geranio», hoy, mañana, pasado… Cuando te acuerdes. Cuando los astros se alineen. Cuando suene la flauta.

Es dar las cosas por sentado, por tenerlas a mano, pensando que cuando tengas tiempo, cuando llegue ese momento, van a seguir ahí.

Piénsalo bien. Detenidamente.

A ver si cuando vayas a regar al fin ese geranio, resultará que está marchito.

 

Son esas mentiras.

No soporto las mentiras. Esas mentiras que afectan a otras personas. Esas mentiras que anteponen el poder, la fama y el prestigio de otros, a la seguridad del resto de los mortales. Las que anteponen el dinero y las cámaras de televisión. Las que pueden hacer mucho daño. 

Me hierve la sangre.

Mucho.

En éstos momentos, ese demonio que habita en nosotros y suele estar bastante controlado, está ansioso por salir. Ruge de rabia.

No soporto las mentiras. Esas mentiras que afectan a otras personas. Esas mentiras que anteponen el poder, la fama y el prestigio de otros, a la seguridad del resto de los mortales. Las que anteponen el dinero y las cámaras de televisión. Las que pueden hacer mucho daño.

Y lo hacen.

Esas mentiras que no se pueden contar.

Esas que dentro de ellas mismas conllevan otras mentiras.

Esas que se adornan para que queden bonitas porque eso es lo que realmente importa, que a los ojos de los que creen, quede bonito.

Nos dominan con palabras vanas y retorcidas mientras por detrás, tejen sus propias telarañas. Esa falsedad, maquiavélica y manipuladora de personas con poder que luego alardean que hacen el bien, que se preocupan por todos.

Y todo es mentira.

Me hierve la sangre.